jueves, 29 de abril de 2010

MISS VIAJES: Pascua en Gotemburgo

Me encanta tener amigos de muchas nacionalidades. Creo que te permite abrir la mente a otras culturas, te hace más tolerante y, lo mejor, te da la oportunidad de hacer alguna que otra escapada, y con alojamiento pagado!!.


Mi amiga Klara me invitó esta Semana Santa a su casa en Gotemburgo, y fue genial porque si no la hubiera conocido quizás hubiera ido a Estocolmo, pero probablemente nunca se me hubiera pasado por la cabeza haber hecho este viaje y, la verdad, no hay nada como conocer un país de la mano de alguien de allí.

En Pascua, Gotemburgo se viste de flores amarillas y la gente sale a la calle para celebrar el principio de la primavera y del buen tiempo (aunque yo sé de una andaluza que no ha pasado más frío en su vida). Casi todos los bares y cafeterías de las callejuelas sacan mesas a la calle, eso sí, en cada asiento ponen una mantita para que puedas taparte, todo un detalle. Allí todo el mundo habla inglés, es educadísimo, y ha veraneado en Mallorca alguna vez!. En la ciudad la bici manda y es plenamente universitaria, de hecho, los edificios más bonitos pertenecen a la Universidad. Tiene unas bibliotecas impresionantes, y muchas zonas verdes donde la gente va a almorzar.



Una de las costumbres más arraigadas en los suecos es el fika, la pobre Klara me lo intentó explicar de mil maneras, y al final, yo lo pude traducir como “tomar algo”. Los chicos se niegan a admitir que les gusta, porque el fika es cosa de chicas. Se trata de ir a una cafetería a tomar el fika con tus amigos o familia, o tener siempre en casa pastas o galletas por si llega alguna visita poder tomar el fika. Tiene mucho que ver con socializarse y ser hospitalario. Por cierto, ni se te ocurra entrar en casa de un sueco sin quitarte los zapatos!!!



Aprovechando el día de fiesta alquilamos un coche y nos fuimos a recorrer la costa y sus pequeñas islas. Simplemente impresionante. Como hay muchos metros cuadrados para tan pocos habitantes, casi todas las familias tienen una segunda casa junto al agua, donde retirarse a descansar en fiestas y fines de semana. Se respira paz y tranquilidad, yo quiero una.



Para despedirme, invitaron a familiares y amigos y organizaron una cena de Pascua donde cocinaron los platos típicos suecos para mí. Probé sabores y texturas nuevas, y un licor que no sé qué tendría, pero todos pudieron beberlo de un trago menos yo.

Ha sido una gozada que gente, con fama de introvertida, dejara que me introdujera de lleno en su cultura y su familia, y que hiciera de este viaje una de las mejores experiencias de mi vida. Y es que, si lo piensas, mientras más personas diferentes conoces, más te das cuenta de lo iguales que somos.

CHURRETE.

lunes, 26 de abril de 2010

MADRID LOW COST


A veces, el caro ritmo de vida de Madrid hace que no puedas permitirte salir todo lo que te gustaría y te veas obligada a quedarte en casa para una sesión de sofá, “peli” y manta, sin duda, toda una cuesta arriba que se acentúa cuando empieza el buen tiempo. Por eso, como estudiante, una obligación es dar con lugares low cost, una buena opción cuando necesitas hacer algo y la economía aprieta.

Mi favorito, la cadena Lateral. Pintxos, ensaladas y raciones a muy buen precio en un ambiente agradable, diferente según la zona: Chueca, el barrio de Salamanca, Arturo Soria, la Castellana o la plaza de Santa Ana (su terraza la mejor!!). Eso si, prepárate a esperar porque no hacen reservas y las mesas se dan en orden de llegada. No dejes de probar su tortilla y su solomillo con cebolla caramelizada…ummm…..

Para algo más formal recomiendo sin duda los restaurantes Public, La Gloria de Montera, La Finca de Susana, Ginger y Bazaar. Todos pertenecen al mismo dueño, su carta es muy parecida y están repartidos por todo el centro de Madrid. Lo mejor para cuando no sabes donde ir. Tanto el menú como los platos son originales y nada caros, me encantan sus postres!!.


Si quieres sentirte como un auténtico estudiante, Casa Granada, en Tirso de Molina. Este bar, inspirado en la cuidad y su ambiente, está en un 6º piso, y tienes que llamar al portero para que te abran. Aunque su horario es un tanto raro, sus vistan son geniales, toda una experiencia.

Por último Argüelles, mi barrio. En la calle Ferraz está el típico bar de siempre, de charla y amigos, Lagar. Lo bueno es que con la bebida te dan una tapa gigante, siempre está lleno de gente joven, y se respira Andalucía. Imprescindible para los que como yo, están lejos de su tierra y suelen echar de menos el ambientillo del sur. Si vas, seguro, me encontrarás allí, con un tinto de verano y unos buenos amigos echando un rato de risas.